¡El que no haya pecado que tire la primera piedra! ¡Que ni las monjitas se salvan del deseo que follar y recibir toda la lechita en la boca!
Cuando esta hermosa "hermana" se acerca al confesionario para contarle al padre Mandingo todos sus pecados lujuriosos, el padre no puede evitar ponerse cachondo.
Y aunque el negrito se controle, la monja no tarda y comerle todito el pepino para luego montarse hasta hacer que le eche toda la gloria en los labios ♥
Confesiones de una Monja!
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Oleh
alexis